domingo, 12 de agosto de 2012

Bestiario de Piar IV: la kafkiana

La piar kafkiana es aquella con la que llevas semanas intercambiando correos electrónicos para conseguir que incluya tu nombre en la lista de algún evento guay del paraguay. No la has visto en tu vida pero es ya una de tus habituales del gmail. Incluso te mandó un christmas por Navidad. Cuando llega el señalado día y te personas en el lugar de autos, te identificas ante la señorita de turno apostada en la puerta y ésta comienza a consultar una lista repleta de nombres. Y el tuyo no está. "Sorry, miss". 

Te hacen repetir el medio de comunicación del que vienes. Esperas con paciencia, temiéndote lo peor, mientras repasan la lista. Pero, si no te han encontrado la primera vez, ya se sabe que segundas partes nunca fueron buenas, así que tampoco suele sonar la flauta. Entonces, como eres una persona con recursos (hay que serlo en este mundo gobernado por piar y sus leyes arbitrarias) te sacas, con ademán teatral de prestidigitador, el móvil de la chistera, y le muestras los correos que acreditan que estás invitada. Al ver el correo, los que te han interceptado intercambian entre ellos una mirada de nerviosismo y musitan: "Oh, Joanna, está en la lista de Joanna...". 

A partir de ahí empieza un exhaustivo rastreo para determinar el paradero de Joanna. Te ves empujada a una inextricable burocracia en la que tienes que ir superando barreras sucesivas de piar, pertrechadas con sus respectivas listas de nombres. Listas enormérrimas, con más nombres que gente en el evento, a excepción del tuyo, que sigue sin estar. Te aferras al correo electrónico como si fuera un talismán, y lo vas mostrando como si pidieras tu ración de condumio en un campo de refugiados, repitiendo "Marta, from I Ef I", como si se tratara de un mantra para abrir las puertas de Tebas. 

Esta historia puede tener dos desenlaces. La primera: que tras someterte a varias pruebas de ADN, intelectuales, de aptitudes psicomotrices y controles de alcoholemia, acabes encontrando a Joanna, quien te da un abrazo porque intuye por tu cara desencajada que las has pasado canutas para llegar hasta allí. 
La segunda: que Joanna no aparezca nunca y terminen dando por sentado que es una entelequia producto de tu mente esquizofrénica. En ese caso te dejan pasar por misericordia hacia tu lastimoso estado de salud mental. "Pobre niña loca, que en ocasiones ve piar... y se manda emails con ellas". Te indignas ante esta insultante posibilidad, pero el hecho es que jamás vuelves a saber de Joanna. Y esa piar pasa a formar parte de ese territorio de leyenda en el que piensas con un escalofrío antes de dormirte en las noches de luna llena.

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