Cuento neoyorquino del fraude legitimado
18 de febrero.
La habían bautizado como "Totally naked fragance". Y todos la llamaban así, complacidos y convencidos de que ése era su verdadero nombre y de que le sentaba como un guante. Que hacía honor a su esencia. Pero ella sabía la verdad. Ella sabía que no era más que una encimera de cocina de la casa de la Barbie escala 1:1. Y que jamás sería otra cosa. Pero la habían expuesto en el MoMA. Y eso marcaba toda la diferencia.
Me parece buena la crítica... Yo tampoco entiendo el arte moderno...
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