viernes, 23 de marzo de 2018

Reseña de "El color de la luz" en el blog Brownie y sus cosas

http://blogdelpastelitobrownie.blogspot.com.es/2018/03/el-color-de-la-luz-marta-quintin.html


Nueva York, 1982. La novela empieza en una subasta de arte, donde un cuadro de Martín Pendragón alcanza la astronómica cifra de 20 millones de euros. Y la compradora es la anciana Blanca Luz Miranda, una empresaria millonaria,que recupera el Pendragón cincuenta años después.

Otra de las asistentes a la subasta, es una periodista española afincada en Nueva York que queda fascinada con la compra de la obra por parte de Blanca Luz. Es por eso, que decide gastarse todos sus ahorros en viajar a España para entrevistar a la empresaria y poder indagar algo más sobra la necesidad que parecía de tener el cuadro. Pero la entrevista resulta un fracaso, y cual será la sorpresa de nuestra periodista, cuando a su vuelta, recibe una llamada la anciana Blanca Luz  para que viaje de nuevo a España y se haga cargo de transcribir su historia.

Pero al final, acaba aceptando la oferta de Blanca Luz. Y empieza así el relato apasionante de como se conocieron Blanca Luz y Martín Pendragón, cuándo este no era más que un albañil, obligado a trabajar por su padre en un oficio que no le gustaba ya que él solo tenía en la mente el mundo de la pintura. Y como el padre de Blanca, un pintor retirado y profesor de pintura, lo acogió en su casa para que pudiera dar rienda a todo su arte.

Y empieza también la historia de amor. Porque en definitiva, El color de la luz es una historia de amor. Una historia de amor que como todas las historias no es siempre como se cuenta. Una historia de amor que nos llevará de la mano por los escenarios de la historia reciente. Pero no solo del amor entre dos personas, sino del amor hacia un arte, hacia una pasión, hacia un recuerdo. Y como sucede a veces con la historias de amor, también es una historia de dolor y de sufrimiento.

Una novela que va de menos a más y que te va atrapando a medida de que avanzas por sus páginas, en la que la escritora, no sé si de forma deliberadamente calculada, nos va negando algunos datos, como el mismo nombre de la periodista que nos narra los hechos en la actualidad, o la ciudad donde se conocen nuestros protagonistas, y nos va haciendo avanzar hacia atrás y hacia adelante en el tiempo. Otro de los puntos que destacaria de la novela son los personajes secundarios, que le dan calidez a la historia, personajes con los que no cuesta nada empatizar y hacen la historia más completa. En definitiva, una novela de la que he disfrutado mucho y eso que yo no suelo ser asidua de las novelas románticas. Pero El color de luz engloba mucho más dentro de sus capítulos que una simple historia de amor, por eso considero que mi estreno con Marta Quintín no ha podido ser mejor.

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