martes, 5 de mayo de 2015

Hay amores que roban

Pongamos que te vas a hacer unas fotos que reflejen tu noble faz en un fotomatón. Pongamos que insertas los 5 euros pertinentes como un buen cristiano. Pongamos que a la máquina la buena cristiandad le importa un carajo y se los traga sin piedad y también sin cumplir su parte del trato mercantilista. Pongamos que la aporreas con saña. Pongamos que la máquina responde con el látigo de su indiferencia. Pongamos que necesitas las fotos con urgencia y la resignación gana la partida. Pongamos que inviertes otros 5 euros en retratar tu efigie (con el morro ligeramente torcido y un ceño que necesita un planchado). Pongamos que hay una reincidencia. No fotos. Sólo la postal que adjunto. Menos mal que está en modo oso amoroso. Qué no haría si estuviera de mala leche. Pongamos que dicen que el amor no se compra. Pongamos que es una inconmensurable mentira. Por 10 euros, te sale eterno. Pongamos que hay máquinas que son más cachondas que la mayoría de la gente. Poesía pura. Sublime recochineo. Jodido fotomatón... mis respetos.



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