sábado, 22 de septiembre de 2012

Otoño en Nueva York

Hoy he tenido que cambiar el pijama de verano al de invierno. Ésa es la única traducción que necesita el equinoccio de otoño para hacerse entender. Y yo me doy por aludida: ya he vivido un invierno, una primavera y un verano en Nueva York.
Llega la última estación. Dentro de tres meses, previsiblemente y si los de inmigración no lo impiden, pisaré suelo de Madrid.
Pero esta reflexión se la dejo (y sin que sirva de precedente) a la Bradshaw, que, en esta ocasión, no por sensiblera estuvo poco fina, y sus palabras me vienen al pelo.
"Ya era oficial. Había llegado el otoño. Las estaciones cambian, y también las ciudades. Y las personas entran y salen de nuestras vidas. Pero es un consuelo saber que aquellas a las que amas siempre vivirán en tu corazón. Y, si tienes suerte, a un vuelo de distancia".
Y con la canción de "Moonriver" de fondo. Toma ya.

http://www.youtube.com/watch?v=J_-gKGbPRAg

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