Ésta
es la versión neoyorquina del "¿Dónde está Wally?", aunque en la
estación de Grand Central este pasatiempo tendría que titularse
"Encuentre a alguien con una prenda colorida".
Ya había escuchado que el negro era el color indumentario de la Gran Manzana, pero constatarlo tan claramente y a vista de pájaro me ha inquietado de veras. Una masa uniformada tácitamente, sin haber llegado a un acuerdo previo, en una alienación netamente orwelliana. Únicamente me queda por averiguar a través de qué metodos han sometido a los neoyorquinos a esta sugestión subliminal para elegir su guardarropa, sólo comparable históricamente a la practicada sobre los camisas negras de Mussolini.
¿Lo peor? Que mi abrigo hace que yo solamente sea una más en este compacto hormiguero. ¿Adivináis de qué color es?
Ya había escuchado que el negro era el color indumentario de la Gran Manzana, pero constatarlo tan claramente y a vista de pájaro me ha inquietado de veras. Una masa uniformada tácitamente, sin haber llegado a un acuerdo previo, en una alienación netamente orwelliana. Únicamente me queda por averiguar a través de qué metodos han sometido a los neoyorquinos a esta sugestión subliminal para elegir su guardarropa, sólo comparable históricamente a la practicada sobre los camisas negras de Mussolini.
¿Lo peor? Que mi abrigo hace que yo solamente sea una más en este compacto hormiguero. ¿Adivináis de qué color es?
No hay comentarios:
Publicar un comentario