viernes, 29 de noviembre de 2013

Tiro al pollo

Y llega ese día en la vida de toda mujer, que aparentemente en nada difiere de los otros días, en el que te enteras de que en tu empresa existe un departamento coloquialmente conocido como el "lanzapollos". La primera vez que lo escuchas te piensas que se trata de algún tecnicismo muy sofisticado con el que, lógicamente, no estás familiarizada, y que lo has entendido mal. Pero entonces la conversación prosigue, y te cuentan que lo del lanzapollos no es ninguna licencia poética. Que allí se dedican precisamente a eso. A bombardear aviones con ocas narcotizadas para comprobar la resistencia del fuselaje y los motores. Vamos, como un lanzallamas pero con palmípedos. 
Comprenderéis que esta noche me vaya a costar conciliar el sueño un poquito más de la cuenta.

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