Octavo cuento eibarrés radiado: el hospital
Hay
gente que tiene que llevar un epíteto que acaba haciéndole la
competencia a su mismísimo apellido. La historia se prodiga en ejemplos:
Ulises, el rico en ardides; Juana la Loca; Margaret Thatcher, la dama
de hierro; Paquito el Chocolatero... La lista es extensa. Yo la he hecho
más larga sumándome a ella. O, por mejor decir, me ha sumado a ella el
pueblo (el pueblo de Eibar, se entiende). Últimamente, cuando me
presento a mis nuevos conciudadanos, apostillan: "¡Ah! Marta... ¿la de
los cuentos?". Pues eso. Que la fama de cuentista me precede. Y, como el
pueblo es soberano, acato quedar instituida con esta denominación. Y
como nada hay más feo que desdecir a tu epíteto (¿os imagináis a una
Pipi que tuviera la desfachatez de llevar las calzas cortas?), aquí está
la nueva entrega radiofónica que me acredita como Marta... la de los
cuentos.
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