Si
don Miguel de Cervantes se diera una vueltecita por Washington Heights,
en el alto Harlem, y diera con este letrero, me atrevo a asegurar que
diría: "Vive Dios que desconozco en qué idioma está escrito eso".
Él
diría eso. A mí se me cayeron los ojos. Ahora los llevo en una
faltriquera. Voy buscando a ciegas a alguien piadoso que me los quiera
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