jueves, 3 de septiembre de 2020

Reseña de "La tortuga que huía del jaguar" en el blog Sed de libros

 La tortuga que huía del jaguar, de Marta Quintín es una novela publicada en 2019 y galardonada con el premio València Nova Alfons el Magnànim de Narrativa. Es la segunda novela publicada de la escritora y trata del viaje físico (pero también espiritual) de la joven Marilia, que decide marcharse de casa una mañana en la que descubre una tortuga carey muerta en la playa.


Marta Quintín es una joven escritora zaragozana, aunque nadie lo diría leyendo La tortuga... puesto que, al estar ambientada en Costa Rica, el lenguaje utilizado es la variante dialectal de allí (nada que ver con la de Zaragoza). He de decir que (y aquí me sale la deformación profesional de la profe de lengua) el trabajo lingüístico es impecable. Pero además de eso, encontramos un lenguaje literario exquisito. Es una novela lírica, plagada de metáforas y simbolismo, y escrita con una delicada belleza que te hace disfrutar desde la primera hasta la última página. Por destacar un ejemplo de este aspecto, Jason y Marilia describen a qué huelen las olas a través de un diálogo que es, o al menos yo lo siento así, un poema encubierto:


-¡A un arrepentimiento tardío!

-¡A un botín para el vencido!

-¡A un pirata con anteojos!

-¡A metedura de pata!

-¡A metedura de mano!

-¡A una cabeza hueca!

-¡A un corazón grande!

-¡A un bolsillo agujereado!

-¡A una piedra de obsidiana!

-¡A fiebre que sube!

-¡A marea que baja!

-¡A las cosas que nunca serán para mí!

-¡Al lila del arco iris!

-¡A un cocodrilo sin dientes!


Pero, sin duda alguna, lo que me conquistó de esta obra son sus personajes, construidos a partir de emociones y sentimientos, por lo que es fácil identificarte con ellos. Marilia está hecha de miedo y de soledad, pero también de amor y de valentía. ¿Quién no ha estado alguna vez en esa situación? El pánico al dolor te paraliza  y te impide arriesgarte a emprender nuevos rumbos vitales. Te quedas en un lugar seguro, te ahorras el dolor, pero también te pierdes la experiencia, la felicidad, te pierdes la vida, en definitiva. Por otro lado, tenemos a Jasón, que personifica la autodestrucción, la certeza de que es tan improbable ser feliz, ser bueno, no hacer daño a los demás, que es mejor no intentarlo siquiera y, por supuesto, no involucrar a nadie ni depender de otras personas. No en vano es él quien nos ofrece la definición más triste de la felicidad: "[...] la felicidad no está hecha para durar [...] La felicidad es... lo mismo que pintar en el agua. Consigues crear algo hermoso, y al segundo siguiente, ya no está. Lo único que podés hacer es recordarlo, aunque como prueba de lo que viviste solo te queden los colores diluidos... y el agua revuelta...".


Otro punto interesante es la línea narrativa temporal de la novela. La obra comienza con el momento clave de la aparición de una tortuga muerta en la playa, que Marilia interpreta como un presagio de peligro. Esto la lleva a tomar la decisión de abandonar su casa y a quienes viven con ella: Jasón y la tía Granada. A partir de aquí, se nos cuenta todo lo que sucedió anteriormente: desde que Jasón y Marilia son niños hasta el momento presente. Se nos explica el origen de nuestros protagonistas y, de alguna manera, se justifican así sus puntos flacos actuales: Marilia queda huérfana de padres (lo que explica su eterno miedo a la pérdida) y es acogida por la entrañable tía Granada. Jasón, por su parte, acaba huyendo de una familia que ni lo entiende, ni tampoco parece quererlo (lo que podría explicar su desapego hacia el resto de la humanidad y su rechazo al compromiso). En la mitad final de la novela se retoma el punto clave (la muerte de la tortuga) y, a partir de ahí, la historia va hacia adelante. Lo que ocurre desde ahora hasta el final no se puede contar sin destripar la historia, así que... hasta aquí podemos leer.


Todos los personajes representan alguna emoción o sentimiento, lo que hace de esta novela una obra de simbolismo puro, maravillosamente escrita y que despierta en quien la lee tanto sensaciones agradables y tiernas, como miedos e inseguridades internas. Heredera del mejor realismo mágico latinoamericano, es una de las obras de la literatura actual más recomendables que he leído últimamente.

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