Cuando empezó este año tuve que tomar la decisión, enojosa por demás, de renunciar al teatro, porque entre el trabajo y el máster y el ruso no me daba la vida y no había más remedio y sí un tiempo limitado en el día y en la semana (24 horas, 7 jornadas).
A día de hoy, 16 de abril, sin saber muy bien cómo, me encuentro de pronto con que sigo enrolada en todo lo anterior y con que no es que esté metida en una obra de teatro, sino que estoy metida en dos. Una en español y otra en ruso. ¿La única conclusión a la que puedo llegar? Pues que, en todito todo, igual que las cabricas: loca como ellas y tirando siempre al monte.
Luego me preguntarán que por qué no fumo y no bebo... pues porque ya veis que drogas de diseño no me faltan.
No hay comentarios:
Publicar un comentario