domingo, 5 de enero de 2014

Cambio de año

A 2013:
Ahora que ya nos quedan pocas horas juntos, te lo voy a decir, porque total... no me expongo a que nuestra convivencia se torne incómoda en lo sucesivo. Te seré franca: al principio de esta carrera no eras lo que se dice un caballo ganador. Vamos, que nadie daba dos duros por ti. Yo, si acaso, te daba el beneficio de la duda, que eso es un derecho inalienable y no es cuestión de quitárselo... a nadie. Entiéndeme. Era más que nada por el tema de la comparación, que ya sabemos que es odiosa pero también inevitable. Y la verdad es que el 2012 te había dejado el listón bastante alto, para qué nos vamos a engañar. No esperaba que fueras a superarlo. Ni siquiera a igualarlo. Tampoco te lo pedía. Por mi parte, no hubiese habido reproches. Soy una mujer comprensiva. Pero, amigo, hay que reconocerte el mérito. Plas, plas. Sí señor. Aun con todas las apuestas en contra, has cumplido. Como un campeón. Con un sprint final realmente espectacular. Me has dejado boquiabierta con los ases que te estabas guardando en la manga como guinda del pastel y que no son sino el colofón a todo lo que se había ido fraguando en los meses previos, que no es de ley desmerecerlos. Por ello, en los años que están por venir, te recordaré con el mayor de los cariños. Dice el refrán que tres cosas hay en la vida y que aquel que las tenga, que le dé gracias a Dios. Así que gracias gracias gracias. Y lo mejor, 2013, es que me has dejado muchas cosas por hacer y por vivir en 2014, espero que con todos vosotros: con los que habéis entrado este año en mi vida (la familia cada vez es más grande y no sabéis cómo me alegro) y con los que sumáis un año más de aguantarme (y ya van doce, o siete, o cuatro, o dos... ¡y los que quedan, que yo estoy deseando aguantaros a vosotros!).
Así que ya sabes, 2014. Esmérate para estar a la altura de tus predecesores y que, al año que viene por estas fechas, no tenga que ponerte el carrillo colorao. Que no se diga, hombre. Por el momento, te recibo con los brazos abiertos. Y que siga la racha.
Feliz 2014.

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