domingo, 3 de junio de 2012

Todas las discotecas son iguales

Volviendo, con el amanecer apuntando ya en el cielo y los pajaritos despertándose, del Marengo neoyorquino. Hay sitios tan ubicuos que te da igual en qué parte del planeta estar y éste es uno de ellos. Mismo tipo de local (recuerda también un poco a Reverendos), misma música, yo con la misma ropa de salir, mismo ritual de comer una galleta al llegar a casa, la misma luna (aunque la de esta noche brillaba junto al Chrysler, eso sí)... Lo único diferente era la gente. Bueno, y dos gogós que bailaban en sendas platadormas estremeciendo sus posaderas y que no recuerdo haber visto en el homólogo pamplonés...

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