viernes, 15 de junio de 2012

Cuento neoyorquino de "Be water, my friend"

Las nubes presumidas se asomaron a un lago de Central Park para regodearse en su hermosura. Se asomaron demasiado y se cayeron dentro. Como Narciso. Pero, a diferencia de él, no se ahogaron, porque ellas podían flotar. A fin de cuentas, también eran agua. Tarde o temprano habrían acabado cayéndose hechas un mar de lluvia. Tan sólo se habían adelantado un poco a su propio destino.

1 comentario:

  1. No conocía la historia de Narciso, pero podía haber cogido un espejo!!!

    ResponderEliminar