¡Madrileños de origen y de adopción! Esta vez, sois vosotros los convocados para la presentación de #LaLlaveDeLasEstrellas, que se celebrará el próximo martes en la Librería Lé.
Y, a propósito de eso, os contaré algo, que, al fin y al cabo, es de lo que se trata. Resulta que, hace muchos años, en concreto siete (uno arriba, uno abajo), cuando todavía no había publicado "El color de la luz" y aún no pasaba de quimera que alguna vez fuese a lograrlo, yo cruzaba a diario por delante de la citada librería, en su antigua ubicación de Castellana. Iba camino de un trabajo que no me gustaba demasiado, y mi único aliciente para levantarme por las mañanas residía en esa pasión que llevaba cultivando toda la vida y que quizás —soñaba— terminaría conduciéndome a un lugar que de verdad mereciese la pena, que guardase algún sentido para mí. Solo tenía un par de manuscritos y ninguna certeza, pero en esa esperanza me refugiaba contra viento y marea. Para darle solidez, para cristalizarla, lo formulaba en los términos de la siguiente promesa: "Un día no muy lejano, mis libros estarán expuestos en este escaparate". Y así, bajo este augurio autoconfeccionado, me insuflaba ánimos y seguía el trayecto un poco más contenta. Desde entonces, han transcurrido siete años (uno arriba, uno abajo). Acabo de publicar mi cuarta novela. Y unas semanas atrás, mi editorial, HarperCollins Ibérica, sin saber nada acerca de esta historia, me hizo una propuesta: "¿Te parece que la presentación en Madrid se celebre en la librería Lé?".
No pude más que sonreír.
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