"No nos engañemos, Martín. Tú eres la clase de persona que no renuncia al sol. Ahora te has replegado, pero tú y yo sabemos que, tarde o temprano, querrás tocarlo otra vez. Tal vez en París puedan auparte lo suficiente para que llegues".
"Pero, Blanca Luz, ¿no eras tú la que siempre me decía que tenía que pintar? Pues eso es lo que voy a hacer. En París. Y te llevaré conmigo, tan lejos como pueda. Llegaremos... hasta el sol. Llegaremos allí y lo tocaremos. Tú y yo".
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