jueves, 27 de febrero de 2014

"Mr. Stepanik. Polaco"

Ser periodista tiene equivalencias sustanciales con ser un sabueso de esos a los que les ponen un calcetín sudado delante del hocico y les dicen: "Busca, chico, busca". Y el sabueso babea de gusto, y va el tío y te lo encuentra (al propietario guarro del calcetín, quiero decir).
Aclaro que la analogía no es total. A mí no me han blandido un calcetín sudado por las narices (todavía). Se han conformado con un post-it que contenía la siguiente información: "Mr. Stepanik. Polaco".
Vaaale. Lo admito. Lo de "busca, chica, busca", sí me lo han dicho. Y vaaaale. Lo admito. He babeado de gusto. Este tipo de encarguitos crípticos me ponen. Me ponen mucho. ¿Algún problema?

La cosa es que, al final, lo he encontrado. Al polaco, me refiero. Realmente, se llamaba Szczepanik. Que vivan las lenguas eslavas.

Yo, por mi parte, me tengo bien merecido mi hueso de hoy.

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