viernes, 2 de marzo de 2012

Cuento neoyorquino del fraude legitimado


18 de febrero.

La habían bautizado como "Totally naked fragance". Y todos la llamaban así, complacidos y convencidos de que ése era su verdadero nombre y de que le sentaba como un guante. Que hacía honor a su esencia. Pero ella sabía la verdad. Ella sabía que no era más que una encimera de cocina de la casa de la Barbie escala 1:1. Y que jamás sería otra cosa. Pero la habían expuesto en el MoMA. Y eso marcaba toda la diferencia.

1 comentario:

  1. Me parece buena la crítica... Yo tampoco entiendo el arte moderno...

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