domingo, 15 de mayo de 2016

El oficio más triste del mundo

A raíz de la liberación de los reporteros Ángel Sastre, Antonio Pampliega y José Manuel López, secuestrados en Siria durante casi un año, publican en El Español un artículo en el que radiografían las condiciones laborales a las que se enfrentan los periodistas que trabajan en zonas de conflicto. El titular es "Jugarse la vida en la guerra por 35 euros"

http://www.elespanol.com/reportajes/20160513/124487904_0.html

Tras leerlo, sólo queda ratificar por enésima vez que éste es el oficio más bonito y más triste del mundo. Tal vez el problema sea que los periódicos no se merecen a sus periodistas (que ya ni son suyos, que no son de nadie, que son freelance, que son de sí mismos, que son del viento). Porque saben que siempre quedará alguno tan chalado por la profesión que nunca acabará de renunciar, de claudicar, de abjurar, de mandarlo todo a tomar viento y a ellos, por culo. En definitiva, de rendirse.
En cuanto al tema de las asociaciones de prensa maniatadas, quedan patentes los efectos perversos que tiene el no regular mínimamente un sector, y que en éste cunda la barra libre de la competencia. Eso sí que es ir a la guerra.